El baloncesto no es solo basket, es algo más. Dentro esconde muchos otros factores como son los sentimientos o las emociones, pues al fin y al cabo, los jugadores también son personas. Aquí descubrirás todo eso y más.

December 01, 2005

Trofeo para las vitrinas

Ese es el objetivo de cualquier jugador o equipo. Quedar grabado para siempre en la lista de campeones. Mirar las vitrinas y poder decir: "Ese trofeo lo gané yo .

De hecho, muchas estrellas NBA han cambiado de equipo para ganar el preciado anillo. Algunos lo lograron, pero otros no, y grandes jugadores como Stockton, Karl Malone o Barkley, serán recordados como jugones, pero jugones sin anillo. Recientes tenemos casos como el del propio Karl y Payton que emigraron a Los Angeles, para intentar el título final junto a Kobe y Shaq (que como todos sabréis fracasaron), o el de Michael Finley, que pese a tener miles de cartas de aficionados de los Suns pidiéndole que aceptara la oferta de Phoenix, optó por la de los Spurs, debido a que estos eran los últimos campeones, y tenían muchas posibilidades de repetir. En el otro extremo nos encontramos a gente como Phil Jackson, al que casi no le caben los anillos en las manos (6 con los míticos Bulls de Jordan, y otros 3 con el dúo Shaq-Kobe en Lakers). Pero en cualquier caso, todos queremos ganar.


...por fin. Acaba de sonar el pitido final. Estallas de emoción. Todos tus compañeros corren hacia ti dando saltos de alegía después de que has metido el tiro de la victoria. Por otro lado, el equipo rival se encuentrs por los suelos, lo han tenido tan cerca que podían sentrilo, pero una mala defensa en la última posesión se lo ha arrebatado. Eso, y un gran tiro realizado por ti. Así que dejas por un momento la alegría aparte, y te acercas a animar a un ex-compañero que ahora juega en el otro equipo, el cual jugó contigo la pasada temporada. Precesimente, él se cambió de equipo con el objetivo de ganar ese mismo título que acabáis de conseguir. "No pasa nada -le dices-, otra vez será."

Vuelves al círculo central con tu equipo. El público entero celebra de pie la ansiada victoria. Os juntáis todos con las manos en el centro y pegáis un grito. Acto seguido, os giráis y aplaudís a todos esos fieles seguidores que os han apoyado en todo momento: en los buenos, pero sobre todo, también los malos. Y ellos os lo agradecen aplaudiendo aún más fuerte.

Llega así la entrega de trofeos. En primer lugar, un reconocimiento al subcampeón, que lo ha dado todo en el partido, aunque sin conseguir el premio final. Y por fin anuncian el nombre del ganador. Como capitán, tienes el honor de salir a recibir la copa. Le estrechas la mano al presidente de la Federación, y acto seguido alzas la copa. La emoción y los aplausos se multiplican al instante. Ningún espectador puede estar tranquilo, ni tan siquiera los que lo estan viendo desde sus casas, pues es un título muy importante para el club. Cuando el ambiente parece algo más calmado, anuncian el nombre del MVP, el nombre del mejor jugador de la final, que con su esfuerzo ha conseguido llevar a su equipo a lo más alto de la competición. El público corea tu nombre. ¡Y tu nombre es el que suena a través del micrófono! No te lo esperabas. Simplemente no pensabas en ello, sino en la victoria del equipo, el cual sabes que tiene el mérito de tu trofeo. Del trabajo de cada uno de tus compañeros y las enseñanzas de tu entrenador y sus asistentes. No hay palabras para describir lo que sientes. Ni sentimientos que muestren como estas. Solamente eres el hombre más feliz del mundo. Bueno, tú y miles de seguidores del club. Se realiza la foto del equipo, con los dos trofeos delante. Todos los medios pendientes. Cuando acaban los fotógrafos de hacer fotos (y eso que no son pocos), se te acercan varios periodistas para entrevistarte. Solo dices tres palabras: "Gracias a todos."