El baloncesto no es solo basket, es algo más. Dentro esconde muchos otros factores como son los sentimientos o las emociones, pues al fin y al cabo, los jugadores también son personas. Aquí descubrirás todo eso y más.

September 26, 2006

¡Bilma, ábreme la puerta!


¿Qué relación tiene LeBron James con el título de hoy? La misma que Dwyane Wade, Kobe Bryant o Tracy McGrady, todos ellos grandes anotadores, pero... ¿hay alguien que no tenga de vez en cuando un mal día? Hasta las mismísimas estrellas de la NBA tienes sus noches de fallos interminables, de series de tiro en las que el porcentaje da más sensación de ser los puntos anotados que otra cosa. ¿Y bien? ¿Qué podemos hacer? Un jugador nunca debe dejar de tirar, nunca jamás. Si no tiras no fallarás, pero... ¿de qué sirve? Para nada. Por eso nunca les verás acorbardarse en el tiro, aunque acaben de fallar cuatro triples consecutivos.

La clave está en buscar una canasta. Tan sencillo como eso. Una vez anotada la primera, la motivación que habías perdido al verte errar una y otra vez se recupera, y eso es incluso más importante a la hora de anotar que haber practicado el tiro. ¿Por qué todos los jugones sonríen igual? Que bien lo sabía Andrés Montes. Esa sonrisa que te evita la frustración y que te puede ayudar en el momento más difícil a realizar una gran racha de acierto.

Tiras a canasta... y fallas. No importa, vuelves a intentarlo... vuelves a fallar. No puedes seguir así y no hay manera de conseguir ese punto extra. Basándonos en algunos aspectos el resto puede venir rodado. Y es que aunque no lo parezca la defensa no solo es defensa, pues puede conseguirse en el mejor ataque posible. España ha ganado hace apenas un mes el mundial de basket de esa manera. Aunque no estuvieran acertados, y Calderón reconoció que al principio de los primer y tercer cuarto, por medio de una gran defensa desatascaban el ataque con rápidos contraataques, con los que gracias a canastas simples consigues entrar en una dinámica ganadora en la que parece que te entra todo, y la misma defensa se ve aumentada al reflejar buenos resultados. Después parece que entran solas.

O la simple motivación al realizar un tapón o un mate, esos gritos que se hacen después, esa alegría que le sigue, nunca es en vano. Siempre conlleva una mejora en el juego del mismo jugador o todo el equipo en general; a no ser que sea contrarrestada. Una buena acción se puede venir al carajo si el otro equipo contesta con otra, y nos dejamos llevar por el entusiasmo del rival para decaer, algo casi peor que la propia frustración, pues mientras que ésta última te puede servir para intensificar tu juego por la propia inercia del cabreo hacia uno mismo, la desilusión deja la moral muy baja (por los suelos), de tal forma que cuesta mucho levantarte. Muchos equipos, sobre todo los acostumbrados a ganar, lo sufren, y cuando ven que les van ganando les cuesta reaccionar y meterse en el partido, de tal forma que la diferencia en el marcador se sigue ampliando hasta llegar a un punto en el que es imposible recuperarla. En esos casos lo mejor es aprovechar el momento en el que está igualado y no dejarte llevar por cómo va el partido, sino seguir luchando hasta el final.

Así que ya sabes, si fallas, no te preocupes, síguelo intentando, hasta que empieces a meter, y busca una forma de estimularte, pues lo primero en el basket es divertirse, ya que si no te alegras jugando... ¿para qué jugar?