El baloncesto no es solo basket, es algo más. Dentro esconde muchos otros factores como son los sentimientos o las emociones, pues al fin y al cabo, los jugadores también son personas. Aquí descubrirás todo eso y más.

June 06, 2006

Jugando duro

El baloncesto no sólo es juego limpio. Siempre se pueden ver a los típicos Bowen o Artest, o a equipos que juegan siempre provocando. El más claro ejemplo de ello fueron los "Bad Boys". El grupo liderado por Isiah Thomas siempre será recordado por ese nombre, aunque bien es cierto que ese juego les sirvió para ganar dos anillos consecuivos.


Un partido como otro cualquiera... o no. Dos equipos de la parte alta de la clasificación, y los dos decididos a ganar como sea... bueno, uno más que otro. El partido empieza normal, pero desde el primer momento se noat algo en el ambiente. Continuos roces, empujones y agarrones marcan los primeros minutos. Cuando el árbitro ya acepta ese tipo de juego se produce un cambio. Entra el número 4 de ellos. Parece un tipo normal, pero solo parece. Nada más salir tú pasas por ahí, y el aprovecha para empujarte y tirarse al suelo como si el que hubiera dado fueras tú. El partido sigue. La jugada siguiente tienes el balón y de nuevo lo mismo. Que casualidad que te vaya a defender. Después de un par de jugadasde continuos choques y quejas ellos roban un balón. Concretamente... exacto el 4. Tú no dudas en parar el contraataque haciendo falta, aunque un poco dura. Él hace acto de volverse con el puño, y seguido todo el mundo llega a separar. El partido sigue. Un par de minutos después el partido sigue empatado. Los golpes ahora se los está llevando tu pívot, que no duda en soltarle un empujón. Tú pasas por ahí, y el tío como no se deja llevar hasta ti y la misma historia. Entonces de nuevo el 4 alza el puño. Tú no quieres saber nada y solo le miras mientras él quiere ir hacia ti. El entrenador rival se ríe contento. El árbitro no espera más. Descalificante para ambos y a ver el partido desde la grada. Ellos se alegran, pero en tu equipo la sensación es toda la contraria.

Coges la camiseta y te vas, no puedes hacer nada más sin jugarte una sanción. Llegas al vestuario. Te quedas pensativo. Te cagas en todo e incluso sueltas un par de patadas a un pobre banco. Ahora ya no puedes aportar y el partido da igual. Pero te abarca una sensación enorme de malestar. Te duchas tranquilamente y te vas a la grada. Allí te dan ánimos los que han ido a verte, pero de nada de sirven. El marcador señala que tu equipo pierde de 10, y poco a poco se va alargando hasta los 20. Desde ahí un intercambio de canastas. El partido está ya decidido y nadie se esfuerza.

Ellos han conseguido sacarte del partido y han ganado fácil. Vosotros os lleváis una dolorosa e importante derrota y un buen cabreo. Está claro quien sale ganando. El juego duro no debería usarse hasta tal extremo, pero a veces, sirve para mucho.